Tres hombres presos en una cárcel de Córdoba y dos mujeres fueron detenidos por estafas y extorsiones realizadas desde el encierro, tras una investigación que derivó en allanamientos en la ciudad de La Calera, indicaron fuentes policiales a Infobae.
Los tres imputados varones, quienes se encuentran alojados en el Establecimiento Penitenciario de Cruz del Eje, habrían llevado adelante un verdadero “call center tumbero”. Es decir, que desde su pabellón, “coordinaban los hechos delictivos”. Para hacerlo, contaban con celulares ingresados de manera ilegal a la prisión, indicaron las fuentes a este medio.
La causa, a cargo de la Unidad Judicial de La Calera, bajo directivas de la Fiscalía de Instrucción del Distrito IV, Turno 6 a cargo de Jorgelina Gutiez, los señala como presuntos partícipes en hechos delictivos calificados como lesiones leves y abuso de armas agravado por precio o promesa remuneratoria, ocurridos en esa ciudad.

En los procedimientos, además, agentes de la Policía de Córdoba secuestraron más de 2 kilos de cocaína de máxima pureza, sustancias de corte, dos motocicletas y varios cartuchos, entre otros elementos.
Las medidas, añadieron, se concretaron luego de diversas tareas investigativas realizadas junto a personal de la Unidad Judicial y la Brigada de Investigaciones de La Calera, que permitieron reunir elementos de convicción suficientes sobre la posible participación de los implicados.
La clave del caso
Las fuentes detallaron que, tras un allanamiento que permitió la detención de una de las mujeres involucradas, se secuestró un celular con importante información, contactos e imágenes de interés para la causa.
A partir de los datos recuperados en ese dispositivo, la Fiscalía dispuso que se efectuaran requisas en el penal de Cruz del Eje, donde se logró la incautación de varios teléfonos celulares, cargadores, chips de telefonía y una sustancia vegetal compatible con marihuana, elementos que serán sometidos a peritajes por los organismos competentes.
La investigación continúa en curso, con el fin de determinar la participación de cada uno de los detenidos y establecer si los hechos podrían tener vinculación con otros episodios de similares características.
Este tipo de modalidad no es nueva en el país. Por ejemplo, en agosto pasado, una denuncia por una extorsión en la que era involucrada una menor de edad terminó con un allanamiento en Unidad Penitenciaria N°13 de la ciudad bonaerense de Junín, donde hallaron dos celulares en poder de un preso que contaba con una cómplice.
Además, el preso es investigado por una serie de estafas realizadas en nombre del presidente del Club Sarmiento de Junín.



















