
En el marco de una investigación de la Sede Descentralizada de Tartagal, a cargo de la fiscal Lucía Orsetti, este lunes se hicieron allanamientos en las oficinas del Escuadrón 52 de esa ciudad salteña de Gendarmería Nacional. También hubo procedimientos en la casa particular del titular de esa dependencia, explicaron fuentes oficiales y dijeron que las autoridades de la fuerza estaban al tanto de estas diligencias.
La medida tuvo como objetivo el secuestro de elementos de interés para una causa en la que ya hay otros implicados de la Gendarmería sobre quienes se formalizaron distintas imputaciones. Se trata de un oficial y un suboficial de esa fuerza.
La investigación data de mayo pasado, a partir de un procedimiento en el que se secuestró una carga de 160 kilos de cocaína.

De la investigación, participan investigadores de la Unidad Fiscal contra la Narcocriminalidad y del Cuerpo de Investigaciones Fiscales, del Ministerio Público de Salta.
En junio pasado, dos integrantes de Gendarmería Nacional habían sido imputados y detenidos por los delitos de transporte de estupefacientes en el marco del cargamento que fue descubierto el 5 de mayo en un control vehicular en Aguaray.
La investigación sobre el tráfico en el norte de Salta reveló que la póliza de seguro de la camioneta utilizada en el traslado era pagada por uno de los gendarmes ahora detenidos, mientras que el otro implicado figuraba como propietario del vehículo que actuó como “coche puntero” en la operación.
Según había informado el Ministerio Público Fiscal, estos y otros indicios llevaron a la detención preventiva de los dos integrantes del Escuadrón 52 “Tartagal” de la Gendarmería Nacional, quienes enfrentan cargos por transporte agravado de estupefacientes y abuso de su condición de funcionarios públicos.

La fiscal Orsetti y la auxiliar fiscal Lourdes Milani por entonces solicitaron la imputación y prisión preventiva del sargento primero Carlos Alberto Sorani y el cabo primero Alexis Iván Aguirre, quienes cuentan con 26 y 13 años de servicio, respectivamente.
La jueza federal de garantías de Tartagal, Ivana Hernández, formalizó la investigación y autorizó peritajes adicionales, además de dictar la medida de coerción para ambos gendarmes.
La causa se originó el 5 de mayo pasado, cuando efectivos del Escuadrón 54 detuvieron en un control vehicular sobre la ruta 34, en el acceso a Aguaray, a un taxista identificado como Oscar Navarro y su pareja, Gloria Cardozo, quienes viajaban en una camioneta Ford Ranger desde Salvador Mazza.

Durante la inspección de los documentos del vehículo, los agentes detectaron que tenía pedido de retención. Posteriormente, un perro adiestrado marcó la presencia de drogas, lo que motivó una requisa más exhaustiva. En el doble fondo de la caja, el respaldo de los asientos traseros y el piso de la camioneta, hallaron 173 paquetes de cocaína, con un peso total de 161 kilos.
El conductor y su pareja, que viajaba junto a un hijo menor con discapacidad, quedaron detenidos y fueron imputados por transporte de estupefacientes. La acusación se agravó por el número de intervinientes tras la vinculación de los dos gendarmes.
La vinculación con los gendarmes
La conexión entre los detenidos y los miembros de la fuerza federal se estableció a partir de diversas tareas investigativas, entre ellas el análisis de imágenes de cámaras de seguridad de la Policía de Salta.
Este trabajo permitió reconstruir el recorrido de la Ford Ranger y la intervención de un Chevrolet Cruze, cuyo propietario resultó ser el sargento Sorani.
Las imágenes mostraron que el Chevrolet salió de Salvador Mazza, recogió a otra persona en Tartagal y regresó, para luego actuar como “coche puntero” de la camioneta hasta una estación de servicio en Salvador Mazza, en las calles San Martín y Paseo Güemes.
De acuerdo con la secuencia reconstruida, el Chevrolet Cruze quedó estacionado mientras la Ford Ranger, ya conducida por uno de los hombres, continuó hasta la casa de Navarro, quien más tarde emprendió el traslado de la droga. La maniobra se frustró en el control de Aguaray, donde se produjo la detención.
La Fiscalía identificó a los dos ocupantes del Chevrolet Cruze como Sorani y Aguirre. Además, se sumaron otros elementos probatorios: la póliza de seguro de la Ford Ranger estaba a nombre de Aguirre, y en un control vehicular realizado el 27 de noviembre de 2024 en El Dorado, Misiones, personal de la misma Gendarmería había retenido la cédula verde del vehículo porque no figuraba a nombre de Aguirre.
Otro informe de la fuerza federal detalló que el 25 de marzo pasado, Aguirre fue sometido a un control en el mismo puesto de Aguaray mientras conducía la Ford Ranger. En esa ocasión, los agentes detectaron un doble fondo en la caja y pintura fresca en varias partes del vehículo.
Respecto a Sorani, la fiscalía destacó que, además de los registros fílmicos que lo ubican en el lugar de los hechos, en el teléfono secuestrado a Navarro se halló una línea asociada a una cuenta de plataforma de pago digital a nombre del sargento. Además, Sorani tenía a Navarro registrado como amigo en sus redes sociales.
La auxiliar fiscal Milani sumó como indicio un episodio posterior al 5 de mayo, cuando el Chevrolet Cruze de Sorani permaneció varios días abandonado en la ruta 34, a la altura del barrio Justo Juez. Al ser secuestrado el vehículo, un vecino se acercó y afirmó que lo había recibido como parte de pago en una operación comercial, aunque no pudo aportar detalles ni identificar al tercero involucrado.
Con estos elementos, la Fiscalía solicitó la detención de ambos gendarmes, medida que se concretó el 29 de mayo. Aguirre fue arrestado en el propio Escuadrón 52, donde trabajaba como chofer, mientras que Sorani fue detenido en San Salvador de Jujuy, cuando circulaba en otro automóvil junto a su familia.
Según la acusación, Sorani viajó a esa provincia en colectivo y no utilizó el Chevrolet Cruze, lo que refuerza la hipótesis de que intentó deshacerse del vehículo tras la detención de Navarro.
Orsetti subrayó que la investigación se encuentra en una etapa inicial, con pruebas pendientes de producción, y solicitó peritajes para determinar la posible participación de otros implicados en la maniobra, que calificó como de extrema gravedad por la cantidad de droga incautada y el despliegue logístico.
En ese contexto se dieron este lunes los allanamientos en el Escuadrón 52 de Tartagal.



















