El perfil de Nicolás Ramírez, el árbitro que fue designado por tercera vez para impartir justicia en el Superclásico

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Nicolás Ramírez dirigirá su tercer Superclásico (REUTERS/Rodrigo Valle)

En el escenario más exigente del fútbol argentino, Nicolás Ramírez volverá a ser el encargado de impartir justicia entre Boca y River, en un nuevo Superclásico que paraliza al país.

Con 38 años y una proyección internacional sostenida desde su ingreso a la lista FIFA en 2023, el árbitro oriundo de 9 de Julio combina presencia, rigor técnico y serenidad, cualidades que lo ubican entre los nombres de mayor futuro en la conducción arbitral sudamericana.

Su camino comenzó como jugador del Club Agustín Álvarez, lo que le otorga una comprensión profunda del juego desde la mirada del futbolista. Egresado como profesor de Educación Física y con una trayectoria laboral en una obra social, Ramírez incorpora una mirada humana poco habitual en el ámbito arbitral.

Ese triple enfoque —futbolista, docente y trabajador social— define su perfil: entiende el vestuario, domina el reglamento y percibe el entorno humano que rodea a cada partido.

Nicolás Ramírez ya sabe lo que es dirigir un Superclásico en la Bombonera (Foto: Reuters/Pedro Lazaro Fernandez)

Con 1,88 metros de altura, impone respeto desde su presencia, pero su mayor fortaleza está en el control emocional y la lectura del juego. No busca protagonismo, sino que prefiere que la justicia brille por coherencia y equilibrio.

En el Superclásico del 21 de septiembre de 2024, mostró su carácter al anular correctamente un gol de Boca por mano de Milton Giménez tras revisión en VAR. Aquella decisión, debatida pero técnicamente impecable, reflejó su templanza y confianza en el procedimiento. En ese encuentro, que terminó con triunfo 1-0 para River, mostró siete tarjetas amarillas, reafirmando su estilo: controlar el juego desde la disciplina sin que la pasión lo arrastre.

Desde su ingreso a la élite, mantiene estadísticas sólidas (tarjetas amarillas por encuentros 5.70 / Tarjetas Rojas 0.24). Sus encuentros tienen un juego real de 56 minutos. Su desplazamiento por encuentro tiene un promedio de 8 km por encuentro.

Su perfil muestra a un árbitro de intervención sostenida, más inclinado a ordenar que a dejar pasar, con un equilibrio notable entre autoridad y prudencia. Dirigir un Superclásico no es una designación más: es el examen supremo del arbitraje argentino.

Por eso, que Ramírez sea elegido por tercera vez consecutiva representa una ratificación de confianza y jerarquía por parte del cuerpo arbitral. La designación se confirmó tras su destacada actuación en la final entre Independiente Rivadavia y Argentinos Juniors, donde mostró solvencia técnica y emocional.

Aunque solamente Facundo Tello era el otro candidato natural, la evaluación final volvió a inclinar la balanza hacia Ramírez.

Nicolás Ramírez, el encargado de impartir justicia en el Superclásico entre Boca Juniors y River Plate en la Bombonera (REUTERS/Agustin Marcarian)

La terna arbitral del Superclásico:

Árbitro principal: Nicolás Maximiliano Ramírez

Asistente 1: Juan Belatti

Asistente 2: Pablo González

Cuarto árbitro: Pablo Giménez

VAR: Héctor Paletta

AVAR: Sebastián Habib

Ramírez ya dirigió a Boca vs River en la Bombonera y mantiene un historial equilibrado con ambos equipos:

Equipo PJ PG PE PP

River 13 5 3 5

Boca 12 6 1 5

Nicolás Ramírez llega a su tercer Superclásico consecutivo como un árbitro técnico, rígido y confiable. Su preparación física, su lectura táctica y su madurez emocional lo proyectan más allá de las fronteras locales.

En La Bombonera, su silbato no solo impartirá justicia: podrá marcar el ritmo de la historia del fútbol argentino.