Manuel Adorni juró este mediodía como el flamante jefe de Gabinete. El acto formal se realizó en el Salón Blanco de la Casa Rosada y contó con un altísimo porcentaje de presentismo por parte de la cúpula del Ejecutivo. A diferencia del acto de nombramiento de Pablo Quirno, hecho la semana pasada, este miércoles se evidenció un clima más laxo entre diversos integrantes del Gobierno. O al menos así eligieron mostrarse.
Como suele ocurrir habitualmente en este tipo de eventos, la previa de la jura suele desarrollarse como ámbito en el que varios funcionarios se encuentran y se saludan brevemente. En el evento de jura de Quirno como canciller, el asesor presidencial Santiago Caputo había mantenido un escueto contacto con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, así como con todo su entorno.
En tanto, esta jornada se mostraron públicamente saludándose y conversando en más de una oportunidad. Al llegar al Salón Blanco, la hermana presidencial comenzó a saludar uno por uno a todos los integrantes del Gabinete que estaban en las primeras filas. Cuando vio al asesor le hizo un chiste por los lentes oscuros que llevaba puesto.
“¿Qué hacés, mucho sol?”, bromeó, para luego abrazarlo y saludarlo. Ambos se rieron y conversaron brevemente, en uno de los puntos álgidos de toda la ceremonia. Una vez jurado Adorni, los dos volvieron a conversar mano a mano de manera breve antes de que “El Jefe” se retirara del Salón para volver al despacho de su hermano.
Al igual que lo hizo la semana pasada, el armador nacional de La Libertad Avanza, Eduardo “Lule” Menem, se acercó a Caputo y conversaron casi un minuto, algo más que la vez anterior. El vínculo entre ambos no es el más fluido, pero optaron por mostrarlo aún más distendido en esta ocasión. En tanto, no se divisó un saludo entre el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, con el consultor presidencial.

“Todo es paz y amor entre ellos”, decía con cierto dejo de ironía una fuente inobjetable del entorno caputista ante los videos que se viralizaron en redes, en el que el armador iba a buscarlo para abrazarlo. “Lule” no se mostraba en público de esa manera desde antes de que emergiera el escándalo de los audios de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), el cual fue un punto de inflexión entre varias huestes del karinismo con el del asesor presidencial. “El Triángulo de Hierro ya no existe”, marcan allí.
Después de las elecciones, Karina Milei se consolidó como la principal ganadora dentro del Gobierno para determinar las futuras disposiciones de cargos en áreas clave. Ahora tiene a Manuel Adorni como sus ojos en todo el horizonte del Gabinete y a Martín Menem empoderado desde la Cámara de Diputado. También tiene a Patricia Bullrich y a Diego Santilli como hombres que negociarán en el Senado y con los gobernadores, respectivamente, pero que dependen de la firma de la hermana presidencial para ser candidatos en 2027 como ellos pretenden.
Santiago Caputo no perdió posiciones relevantes. Sigue manteniendo centralidad en la SIDE, la UIF, en sectores del ARCA, en los organismos públicos y en los ministerios de Justicia y de Salud. Como ejemplo reciente, consiguió que el reemplazo de la viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, quien renunció producto del desplazamiento de Guillermo Francos, fuera un hombre de su entorno, Guido Giana.
Quienes conocen al dedillo el entorno del asesor presidencial marcan que haber asumido un cargo formal lo habría limitado y que el esquema actual con Diego Santilli como ministro del Interior resulta un esquema confortable. “Tenés un piso y un techo rígido con las áreas que ya están en su poder, pero Santiago se habría convertido en un fusible si era ministro”, indicó una persona de su extremísima confianza.



















