La contundente victoria de Palmeiras por 4-0 sobre Liga de Quito en el Allianz Parque, que selló una histórica remontada y el pase a la final de la Copa Libertadores, generó una fuerte reacción del entrenador del elenco ecuatoriano, Tiago Nunes. En la conferencia de prensa posterior al encuentro, el técnico de los Albos no solo lamentó la eliminación, sino que también dirigió críticas directas tanto al entrenador rival, Abel Ferreira, como a las condiciones del campo de juego.
Nunes expresó su descontento con la actitud de Ferreira durante el primer partido de la serie, disputado en la altura de Quito, ya que indicó que no trató con respeto a su equipo.
“En el primer partido, Palmeiras estaba muy confiado. El técnico Abel hablaba del número 33, del jugador que marcó el gol, y no sabía los nombres de los chicos. Así que estamos seguros de que Palmeiras no nos respetó como debía en el primer partido, y conseguimos una victoria justa por 3-0. En el partido de vuelta, nos superaron”. Esta declaración, en la que Nunes cuestionó el nivel de respeto mostrado por el entrenador brasileño, marcó el tono de su análisis tras la eliminación.
La serie, que en la previa parecía inclinada a favor de los ecuatorianos tras el triunfo por 3 a 0 en la ida, se resolvió de manera inesperada en Brasil. El Verdao no solo logró revertir la desventaja, sino que lo hizo sin necesidad de recurrir a los penales, imponiéndose con autoridad y asegurando su lugar en la final ante Flamengo. La remontada fue calificada como histórica, ya que pocos anticipaban un desenlace tan categórico.
Además de sus críticas hacia Ferreira, Nunes también manifestó su inconformidad con el estado del césped sintético del Allianz Parque. El entrenador describió las dificultades que enfrentó su equipo en ese entorno: “Jugamos en una cancha a la que no estamos acostumbrados, el césped sintético parece el patio de un colegio. Es muy rápido, el balón está siempre en juego”.
Esta observación puso en evidencia el contraste entre las condiciones de ambos partidos, ya que la ida se disputó en un estadio situado a más de 2.700 metros de altura, lo que representó una ventaja para los ecuatorianos. “Eso es muy complicado para quien no está acostumbrado a ese tipo de ritmo de juego. Y después terminamos siendo superados técnicamente en los duelos. Y los goles hablan por sí solos. El marcador fue justo por todo lo que produjo Palmeiras”, agregó.
“Palmeiras consiguió en el partido de hoy imponer un ritmo que nos controló durante todo el juego. No conseguimos hacer un partido bueno técnicamente, porque siempre tuvimos poco espacio”, sentenció Nunes.
El desarrollo del partido estuvo signado por la presión constante y el juego directo que impuso el conjunto dirigido por Ferreira desde el inicio. La necesidad de remontar el 0-3 sufrido en Quito llevó a Palmeiras a buscar el arco rival desde el primer minuto.
La apertura del marcador llegó a los diecinueve minutos, cuando Ramón Sosa conectó de cabeza un centro de Allan y descontó en el global, encendiendo la esperanza de los locales. La intensidad del Verdao no decayó y, sobre el final de la primera mitad, Bruno Fuchs aprovechó un rebote en el área para marcar el segundo tanto, dejando la serie 2-3 y generando un clima de expectativa en el estadio colmado.
En la segunda parte, Palmeiras mantuvo el dominio territorial y la búsqueda incesante del gol que igualara la eliminatoria. La igualdad global se concretó tras una jugada colectiva que culminó con un remate de Raphael Veiga, quien estableció el 3-0 parcial y forzó, en ese momento, la definición por penales.
La figura de Veiga se consolidó aún más cuando, tras una infracción de Carlos Gruezo sobre Allan, el árbitro colombiano Wilmar Roldán sancionó penal. El propio Veiga ejecutó el disparo con precisión y selló el 4-0 definitivo, asegurando la clasificación de Palmeiras a la final. “Noventa minutos son mucho tiempo”, había anticipado Abel Ferreira antes del encuentro, una frase que su equipo materializó en el campo.
*El resumen del partido



















