El drama de una chica que se operó para mejorar un calambre y ahora no puede caminar: denuncia mala praxis

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Antonella Giuliano (22) arrancó el 2024 esperanzada con que ese verano mejoraría su calidad de vida. Para el 19 de enero tenía programada una cirugía que -le habían prometido- iba a disminuirle unos pequeños espasmos que padecía desde chica en la pierna izquierda. Era un problema que anhelaba curar algún día, aunque que nunca le había generado restricciones físicas. “Simplemente, me molestaban”, aclaró en diálogo con este medio. Sin embargo, esa operación que iba a “dejarla al 100%”, según le aseguraron, la llevó a una pesadilla: al despertar de la anestesia, había perdido la sensibilidad de la cintura para abajo. Desde entonces, no puede caminar.

La rutina que la joven mantuvo durante toda su adolescencia, que incluía salida con amigas, deporte e ir a la facultad, quedó en el pasado producto de una presunta mala praxis en el Hospital de Clínicas que ahora investiga la Justicia.

Todo ocurrió durante una rizotomía dorsal selectiva, una cirugía para reducir la espasticidad en las piernas. “Me recomendaron esta operación para liberarme totalmente de los ligeros espasmos en la pierna izquierda. Me dijeron que iba a ser algo muy muy puntual y que me iba a dejar al 100%. Pregunté muchas veces por los riesgos y me dijeron que no había nada de que preocuparme”, dijo la joven en entrevista con Infobae.

La placa que muestra la lesión que le generaron en la médula

A Antonella le habían prometido que la intervención la iba a hacer “una eminencia”, pero la terminó ejecutando el doctor Alberto Yañez, que al momento de la cirugía estaba jubilado, aunque la paciente no lo sabía. Cuando la joven se despertó de la intervención sin sentir sus extremidades, fue él quien aseguró que “todo había salido bien” y que el problema era que su cuerpo estaba teniendo una reacción inesperada.

La verdad no se supo hasta 45 días después, cuando, luego de mucha insistencia de parte de sus familiares, logró que le hicieran una resonancia. El estudio demoró porque, según quedó asentado en la denuncia que luego radicó su papá, el jefe del sector de Neurocirugía del Hospital de Clínicas no la pidió alegando que Yañez no la había requerido.

El diagnóstico llegó recién el 2 de marzo: Antonella tenía una “apófisis espinal que le estaba comprimiendo la médula”. Esto significa que, tras la operación, una parte del hueso de la columna quedó haciendo una presión que le ocasionaba diferentes problemas. Por eso tuvieron que intervenirla de urgencia para descomprimir el canal medular.

“Si me hubieran hecho el estudio de forma inmediata y la descompresión a tiempo, mi lesión no sería tan grave”, dice la joven, recordando que estuvo más de un mes con la médula anclada. Hoy, a casi dos años del hecho, Antonella todavía no puede mover las piernas, no tiene sensibilidad al tacto y no puede ir al baño. “Hasta el día de hoy me realizo cateterismo intermitente porque no puedo orinar por mis medios”, cuenta.

El hecho lo investiga el fiscal Federico Tropea, de la Fiscalía PCYF Nº15, quien inició un expediente por lesiones culposas que tiene como principales apuntados al doctor Alberto Yáñez, al jefe del sector de Neurocirugía que no ordenó inmediatamente la resonancia tras los problemas de la operación y a la kinesiología que atendió a la paciente antes de ser intervenida que le aseguró que no había riesgo.

Antonella se sometió a la cirugía para mejorar su calidad de vida y ahora no puede caminar

“Cuando pasó esto, Yañez lo único que me decía era ‘no puedo creer que termine mi carrera así’”, recordó ella. El hombre y principal apuntado murió en mayo en un accidente de tránsito, según supo Infobae, por lo que el expediente continúa contra los otros dos médicos.

Según señaló el padre de la joven en la denuncia, “la compresión medular ocurrida en la cirugía le generó a Antonella una isquemia, es decir, una falta de irrigación sanguínea, que derivó en la pérdida de los movimientos peristálticos, una vejiga hipertónica, ausencia de control de esfínteres y pérdida total de sensibilidad desde el ombligo hacia abajo, incluyendo ambas piernas”. La acusación judicial refiere además una supuesta manipulación de la historia clínica, donde se habrían alterado fechas y registros clave de la internación.

La causa fue archivada a los meses de iniciarse por “falta de pruebas”. No obstante, el abogado de la familia, Ignacio Fernández Camillo, tomó luego intervención y solicitó la revisión, alegando que todavía quedaban elementos técnicos y discrepancias médicas pendientes de evaluación.

El 19 de mayo pasado, la Fiscalía de Cámara en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por decisión del fiscal Sergio Martín Lapadú, revocó el cierre anterior y ordenó nuevas medidas probatorias. El fiscal consideró que el cierre había sido prematuro y habilitó la producción de un nuevo peritaje, a partir de la evidencia de informes médicos incompatibles sobre la causa y el manejo del cuadro neurológico.

Una selfie que se sacó la joven el día de la operacion

El foco de la investigación penal apunta ahora sobre la eventual responsabilidad de los médicos mencionados anteriormente. “En el postoperatorio inmediato, Antonella Giuliano presentó una paraplejia completa, fláccida, arrefléxica, con incontinencia y distonía de emuntorios”, cita el informe judicial de la querella.

El pasado 3 de septiembre la causa sumó un nuevo capítulo, cuando la Policía de la Ciudad realizó un allanamiento en el Hospital de Clínicas. El operativo fue ordenado por el Juzgado Penal Contravencional y de Faltas Nº23 e incluyó el secuestro de la historia clínica completa de Antonela, informes médicos, registros de enfermería y documentación relacionada con su internación entre enero y marzo de 2024.

La fiscalía dispuso el resguardo oficial de la documentación secuestrada, mientras la investigación incorporaba la verificación de la habilitación profesional de los médicos intervinientes y la recolección de nuevos testimonios y peritajes.

La causa, que involucra a profesionales del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, permanece abierta. Las próximas medidas judiciales incluirán un nuevo peritaje médico interdisciplinario e indagatorias sobre la cadena de decisión y procedimientos efectuados, mientras Silvia Antonela Giuliano continúa su recuperación.

Su rehabilitación

La joven de 22 años todavía sufre las secuelas de la presunta mala praxis que será determinada o no por la Justicia. Apenas siente algo cuando la aprietan fuerte y solo pudo empezar a mover un poco su cadera tras casi 24 meses.

“Yo en este momento no tengo centro de rehabilitación. Estoy entrenando en casa como puedo. La verdad, mi familia me hace la segunda en todo, pero para salir de esto necesito una rehabilitación intensiva de seis horas, por lo menos para ver si puedo recuperar algo”, dijo Antonella a Infobae.

“Con respecto a cómo siento mi cuerpo, todavía no muevo, pero recuperé sensibilidad profundida. Es decir, que si me pasás la mano no siento, pero si me apretás un poco la pierna, sí. Eso ya es algo, quiere decir que hay un poquito de conexión. Después recuperé el movimiento de la cadera y cuando quiero mover el pie, hay como un mini temblor. Con una buena rehabilitación, puede ser que yo salga adelante”, explicó.

Antonella tampoco puede ir por sus propios medios al baño: “Hasta el día de hoy me realizo cateterismo intermitente porque no puedo orinar por mis medios. El hospital tampoco me suministra de las sondas. Me mandan sondas gástricas, que no son para esto y mi papá las modifica. Las ponemos en alcohol y quedan súper esterilizadas para que no me agarre ningún tipo de infección ni nada. Y con eso yo hoy estoy orinando. Es decir, que estoy orinando con sondas realizadas por mi viejo”.

El papá de la joven se dedica a hacer piezas exclusivas en madera y así le fabricó varios artefactos que la ayudan a moverse de a poco.

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