Los límites de la resurrección libertaria y la “nueva transversalidad”

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Desde hoy, Roma queda un poco más lejos. El impactante funeral del papa Francisco terminó de cerrar ayer una etapa de 12 años marcada por un flujo incesante de emisarios y mensajes a través del Atlántico. Oraciones, rosarios y malentendidos en peregrinación constante a Santa Marta. Se apagó la voz potente que cada vez que se elevaba sacudía a la dirigencia argentina, en una disputa de interpretaciones. Cerró sus ojos el emisario de homilías incómodas cargadas de señalamientos por el deterioro social, siempre leídas en clave local. El Sumo Pontífice que nunca dejó de ser arzobispo de Buenos Aires. Profundo dolor y congoja. También alivio para muchos. La Argentina se consumió el bono vaticano sin terminar de entender nunca la oportunidad histórica.

Javier Milei en el funeral del Papa, al lado de su hermana Karina y del presidente de Italia, Sergio Mattarella

Allá fue Javier Milei, el último eslabón en la cadena de confusión que les provocó Francisco a los presidentes argentinos. Pero el que viajó a Italia es un Milei en estado de resurrección política. Después de dos meses de deambular por el desierto del desconcierto y los errores, llegó a la tierra prometida. El acuerdo con el FMI y la salida del cepo no sólo funcionaron como una válvula de oxigenación económica frente a variables que demostraban un desgaste.

También operó como un punto de apoyo imprescindible desde el cual empezar a reconstruir una narrativa lo suficientemente vigorosa para atravesar el segundo año de mandato y el largo cronograma electoral. “Volvimos a ser nosotros, a ocupar el centro de la escena, que es donde nos sentimos cómodos”, grafican en el entorno presidencial.

Nada expresa mejor el nuevo clima que el regreso del streaming del Gordo Dan, el máximo referente en el ecosistema digital, un hecho en apariencia menor, pero extraordinariamente potente para la simbología libertaria.

Daniel Parisini, conocido como el Gordo Dan

“Nos sirve como un factor motivacional en la propia tropa, que estaba un poco retraída, y sobre todo para retomar el control de la agenda a través de las redes, para tener contenido propio que retroalimenta nuestra narrativa. La vuelta del Gordo Dan, que viene ahora acompañado en Carajo de cinco programas más, genera todo un movimiento y un cambio de clima, que para nosotros es vital. Es como cuando en otras fuerzas políticas organizan una gran marcha o una movilización. Eso pasa con nosotros en las redes”, explica uno de los referentes de las Fuerzas del Cielo.

La Libertad Avanza se había quedado sin brújula ni mensaje, envuelto en dudas, justo después de haber logrado el pico de popularidad en diciembre. El mensaje antiwoke de Davos generó un largo debate interno entre quienes lo defendieron y los que sostuvieron que fue un equívoco. Hubo una señal de advertencia de parte de Santiago Caputo, basado en una encuesta que mandó a hacer, de que ese discurso no les sumaba demasiado, por fuera de los militantes más duros. Pero pesó más la determinación del Presidente y la inspiración intelectual de Agustín Laje.

Javier Milei, cuando dio su discurso en Davos este año

Hoy dentro del Gobierno reconocen que fue un error, más allá de reafirmar el sentido del mensaje. De hecho después de la marcha que generó la presentación de Milei, cambiaron de andarivel discursivo y frenaron por un tiempo algunas iniciativas, como la eliminación del DNI no binario, que estaban entre las opciones.

Lo del escándalo $LIBRA fue más grave y, según admiten ahora, desestabilizó bastante la estructura interna porque afectó en forma directa a Milei y a su hermana Karina. Se conversaron varias alternativas para salir de la crisis, desde movimientos de gabinete hasta cambios en el entorno presidencial, pero después se resolvió recurrir a la defensa férrea con el discurso del intento de desestabilización.

Hayden Davis - Mauricio Novelli - Sergio Morales - Manuel Terrones Godoy.

Una línea argumental que se retomará esta semana en el Congreso, cuando sea interpelado Guillermo Francos (quien hasta hace un par de semanas admitía ignorar todo sobre el caso y también sobre las cripto, por lo que debió recurrir a un intenso coaching sobre el tema) y después al día siguiente cuando se integre la comisión investigadora. Será un ingrato retroceso al infierno del Gobierno, en un momento de epifanía.

Sesión informativa en la cámara de diputados. El jefe de gabinete Guillermo Francos responde las preguntas de los diputados

Marcos Novaro analiza esas oscilaciones del Gobierno a partir de lo que llama “la regla de oro” del líder libertario, que la sintetiza así: “Milei tiene dos almas. Una económica, que se ajusta a su compromiso electoral de terminar con la inflación y achicar el Estado; y la otra política, que es la batalla cultural, que no tiene mucho arraigo en la opinión pública y que se refleja en la tendencia más extremista, su programa para refundar el país con las ideas libertarias de ultraderecha. Esta última faceta tomó fuerza en el verano porque él asumió que su programa económico le estaba funcionando bien. Entonces fue a Davos, hizo trumpismo y se peleó con todos. Milei es un libertario al que la libertad le hace daño y que funciona mejor cuando tiene restricciones. Por eso es probable que cada vez que le vaya bien en la economía, se fortalezca políticamente y que eso lo lleve a usar mal los recursos políticos que logra”.

Esa secuencia tiene antecedentes. ¿O acaso el Néstor Kirchner más virtuoso no fue el de 2003 al 2005, cuando temía una revuelta en las calles y penaba con el avaro 22% de los votos? Es un desafío lograr ampliar la base de sustentación a partir de la gestión. Kirchner lo hizo con crecimiento económico; Milei con la baja de la inflación. Pero un desafío más grande es después usufructuar virtuosamente ese capital político.

Néstor Kirchner y Roberto Lavagna, en la primera etapa de su gobierno

Kirchner lo utilizó para desarrollar un proyecto de poder absoluto y desperdició la última gran oportunidad de desplegar un plan de desarrollo productivo. Milei balbucea su idea de aplicarla para la batalla cultural, para establecer una hegemonía libertaria que polarice con una izquierda progresista y divida el sistema político en dos campos ideológicos bien diferenciados.

Este planteo conecta directamente con un interrogante clave para las próximas elecciones. Milei busca ampliar su representación en el Congreso para impulsar las reformas estructurales que intenta hacer, pero si gana más poder, ¿lo utilizará para esos objetivos o también para hacer bullying y forzar el sistema? En el fondo: ¿cómo actuaría un Milei con más poder real?

Está claro que el proyecto libertario necesita imperiosamente fortalecerse en el Congreso para la segunda mitad del mandato; no puede resistir la fricción constante al que lo somete su situación minoritaria. Pero la posibilidad del éxito electoral en octubre lo enfrenta a ese dilema más profundo. Se lo podría contar el Mauricio Macri de 2017.

¿Qué significa ganar la elección?

Las elecciones de octubre arrojarán dos datos seguros. El primero, que LLA va a ser la fuerza que más bancas va a sumar, porque es la que menos arriesga y más tiene para ganar. Es probable, al mismo tiempo, que el resto de los partidos disminuya su representación en ambas cámaras o que no mejore demasiado. Es decir que en términos absolutos, lo más probable es que el oficialismo gane, si de acá a octubre no hay un cisne negro. Si obtiene unos 40 puntos a nivel nacional, o algo más, se podrá hablar de un triunfo claro y podría duplicar su representación.

El bloque de diputados de La Libertad Avanza está presidido por Gabriel Bornoroni

Pero el segundo dato es que nunca va a alcanzar mayorías propias. Con un agravante sumamente relevante: casi todo lo que sume en el Congreso va a ser a expensas de sus actuales aliados. Es decir que lo que en realidad lograría sería una purificación de su representación. Serán bancas de Pro o radicales u otros aliados que pasarán a manos libertarias.

Disminuye el esfuerzo de negociación porque la disciplina partidaria debería ordenar el frente interno (si no hay más vinchas con patitos y megáfonos), pero no elimina la necesidad de construir mayorías. Sí podría lograr algo muy tranquilizador: garantizar un tercio propio, que en Diputados se alcanza con 86 legisladores, para blindar decretos y erradicar la amenaza de juicios políticos.

Sesión en Diputados por la suspensión de las PASO. Martín Menem

Aparece entonces la dimensión simbólica de lo que implica ganar la elección para Milei este año. No sólo se trata del valor absoluto de las bancas, sino del significado relativo de la victoria, que deberá ser lo suficientemente nítida como para que el sistema político interprete que el proyecto libertario es sustentable, que tiene perspectiva de futuro y que no respondió solamente a un enojo circunstancial de la sociedad.

Ese concepto intangible es tan importante como el número de bancas porque es el que naturalmente inclinará al resto de los actores que no se identifican con la oposición dura a encontrar mecanismos de cooperación con el oficialismo. Con los gobernadores en la primera fila.

Llegada de Santiago Caputo a Casa Rosada

Por eso en el sector más estratégico del Gobierno que responde a Santiago Caputo hablan de construir “una nueva transversalidad”, un homenaje póstumo a Néstor Kirchner. La idea sería que funcione como una suerte de pacto no formal, muy laxo, según el cual los aliados cooperarían con el Gobierno para las reformas que espera aprobar en 2026 (empezando por la laboral) a cambio de negociar conveniencias electorales en 2027. Un juego de beneficios mutuos que redefina y revitalice el ya desgastado esquema de acuerdos parciales que funcionó en el Congreso durante el primer año. Después habrá que ver qué solidez tiene una arquitectura tan híbrida.

Elecciones en la Provincia de Santa Fe.
Maximiliano Pullaro emitiendo su voto.

Quienes imaginan ese esquema advierten sobre la necesidad de construir ese escenario desde la estrategia electoral actual. Son quienes piensan que fue una equivocación ir con una lista propia en Santa Fe para salir tercero y meter diez congresales en vez de hacer un acuerdo solapado con el gobernador Maximiliano Pullaro.

Son los que entienden que habría que aprovechar para hacer un acuerdo con radicales y macristas en Santiago del Estero, y arrebatarle una banca del Senado al gobernador Gerardo Zamora, quien desde 2007 consigue controlar a los tres senadores de su provincia a partir del mismo artilugio: que el peronismo compita separado de su Frente Cívico, así entran dos por su fuerza y uno por una falsa oposición. Lo mismo que en La Pampa, donde en el peronismo el intendente de Santa Rosa, Luciano Di Nápoli, amenaza con escindirse de Sergio Ziliotto, y abre la posibilidad de sumar algún diputado opositor.

Di Napoli le presenta un desafío al gobernador Ziliotto en la interna del PJ pampeano

Hay una tensión creciente en el corazón del poder libertario por la estrategia electoral, que se agravó tras la constituyente de Santa Fe. Hay gobernadores aliados que se quejan de que les plantan candidatos en vez de acordar y ahora comprometen su acompañamiento en el Congreso. También legisladores cercanos. El Gobierno se hizo rápida fama de ser mal pagador y eso es un problema para la construcción de confianza.

“A nosotros nos preocupa la elección nacional porque Javier nos pidió que trabajáramos para ese objetivo. No estamos en condiciones de pelear en todas las elecciones provinciales, además de que no nos suman. Sólo debemos participar en aquellas en donde entendemos que nos jugamos valores simbólicos como la identidad. Es el caso de la ciudad, donde buscamos ganarle al Pro, y de la provincia de Buenos Aires, donde debemos derrotar el kirchnerismo”, explica uno de los ejecutores del plan.

Lule Menem llega a Casa Rosada

Está claro que el mensaje entraña un cuestionamiento al camino adoptado por otro sector del Gobierno, al que muchos identifican con Karina Milei, pero que tiene un autor intelectual de bajo perfil: Lule Menem. La mano derecha de la hermana presidencial es el más territorial de todo el Gobierno y el que tiene terminales en la mayoría de las provincias.

También el que más distribuye cargos en el interior en organismos como Anses o PAMI, con la lógica política tradicional de ir generando lealtades de las que hoy carecen en LLA. Junto con su primo Martín y el bonaerense Sebastián Pareja, es el principal defensor del armado propio.

En el oficialismo hay optimismo por la disputa porteña, porque como planteó su candidato, Manuel Adorni, lo importante es ganarle al Pro, aunque pierda por un punto con Leandro Santoro. Las encuestas que circularon en la Casa Rosada esta semana lo muestran en virtual empate con el postulante del peronismo, con Silvia Lospennato más lejos (en Uspallata, en cambio, hablan de que hoy es una disputa de tercios).

Manuel Adorni y Karina Milei

No por casualidad coincide con su estrategia de campaña: polarizar con Santoro y minimizar al Pro, y sobre todo, hacer pocos movimientos proselitistas. Actos mínimos, nada de afiches y muchas redes. La idea es que la campaña clásica pertenece a la casta. Todo el esfuerzo está puesto en vincular a Adorni con Milei y en reducir la confusión que, admiten, genera la postulación de Ramiro Marra. Es una manera de adaptarse a una sociedad que está totalmente en otra sintonía. El problema de los candidatos no es sólo ganarles a sus rivales, sino esencialmente vencer la apatía y el desinterés de los votantes.

El otro escenario gravitante para el oficialismo es la provincia de Buenos Aires, donde siguen los movimientos de acercamiento con Pro. Hubo dos reuniones importantes esta semana. La primera el martes, donde se juntaron los referentes bonaerenses amarillos, encabezados por Cristian Ritondo. Allí nadie se manifestó en contra de un acuerdo, pero también hubo advertencias de los intendentes para “no regalarse” en la negociación con los libertarios.

Cristian Ritondo en la última reunión del PRO bonaerense

La segunda fue el jueves en Mar del Plata, donde Mauricio Macri, al lado de Ritondo y de Guillermo Montenegro, hizo una severa advertencia a los que piensan en violeta. Eso fue en público; en el almuerzo privado se lo notó más resignado y regó la charla con advertencias: “Ojo con lo que negocian, no les crean todo porque te cambian la cancha todo el tiempo”; y después se despidió con un “ojalá les vaya bien”.

Mauricio Macri en Mar del Plata

Quienes lo escuchaban interpretaron que Macri no se opone a un acuerdo. Pero el problema no es ese sino cómo lograrlo, porque al mismo tiempo Macri exige que sea un entendimiento de partido a partido, algo que los libertarios rechazan porque entienden que su marca electoral pesa más. La salida que proponen algunos es una adhesión, como en 2013 el Pro hizo con el Frente Renovador de Sergio Massa. Sería demandarle al macrismo retroceder doce años atrás. Más o menos cuando recién Jorge Bergoglio empezaba a ser Papa.

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