
Città Di Castello es una localidad de 40.000 habitantes ubicada en el centro de Italia, en la región de Umbría. Allí, por caso, nació la actriz Monica Bellucci. El club de la ciudad, Associazione Calcio Città Di Castello, es casi una sucursal argentina. Fundada en 1919, la institución cuenta con 13 representantes albicelestes en el plantel. El entrenador, Gabriel Díaz, también es argentino. Y si a su colega Carlos Bianchi le adjudicaban el “celular de Dios”, él directamente tiene conexión por bluetooth con el cielo. Porque tanto el presidente como el capitán del equipo son familiares del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
El Città Di Castello jugó gran parte de sus más de 100 años de historia en las Series C y D. No obstante, una crisis extensa, con varios cambios de propietarios que derivaron en problemas administrativos y futbolísticos, lo sumergieron en la Sexta División, y quedó al borde de la desafiliación por las deudas.

Fue ahí que apareció la mano del antecesor de León XIV. Porque un grupo empresario tomó el comando de la institución, se hizo cargo de los compromisos y buscó ordenarla con Matías Bergoglio, sobrino de Francisco, como presidente. Y Felipe, hijo de Matías, es defensor y capitán de la escuadra. Su nombre se hizo viral en los últimos meses por su vinculación con el ex Arzobispo de Buenos Aires.
El primer paso del plan fue armar un plantel competitivo con el objetivo de ir subiendo de categoría hasta volver a establecerse en la Serie C. Además, reorganizó las Inferiores y en 2026 apostará al lanzamiento de un representativo femenino. Todo, con los colores celeste y blanco como motor del proyecto.
Felipe Bergoglio, de 21 años, lleva la cinta con orgullo. Se inició como futbolista en el Club Social y Deportivo Lasallano de Córdoba antes de emigrar al Misano de Italia. También actuó en el Trestina, que lo cedió a préstamo al US Castiglionense 1919, vieja denominación del AC Città Di Castello antes de este renacer.

Franco Rodríguez, Facundo Cabrera, Emiliano Bo, Mauricio Pertierra, Nicolás Bellino, Valentino Roselli, Santino Federicci, Lionel Franceschi, Ezequiel Ocampo, Juan Ignacio Martín y Joaquín Olivero son los otros argentinos que componen la plantilla.
Cabrera, quien también alterna la cinta de capitán, debutó en San Martín de San Juan en 2021; compartió plantel con Sebastián Penco, Sebastián González, Jonathan Bottinelli, entre otros jugadores de renombre. También estuvo una temporada a préstamo en la Segunda de Colombia. Y en Italia encontró una familia argentina para asentarse. Encarnan historias de lucha, de superación en un fútbol que no siempre brinda oportunidades.
En Città Di Castello tienen a Gabriel Díaz al comando. Surgido de las Inferiores de Lanús, fue parte del plantel de Olimpo que ascendió a Primera en 2009. Luego, protagonizó una carrera que lo llevó a jugar en distintos países de América y Europa. Lo acompaña como manager Ezequiel Manzano, ex Inferiores de Boca y Talleres, con pasado con los botines en Europa. Sí, otro argentino detrás del sueño. Como los Bergoglio, que cuentan sus experiencias junto al familiar célebre, que pronto estará atado al destino del equipo.

“Tuve la suerte de poder estar con él en Roma en el mes de abril del mismo año en el que lo eligieron Papa, por coincidencia de un viaje de laburo, en una audiencia… Y lo que me sorprendió cuando lo vi y pudimos conversar un momento fue que, en medio de todo eso, me preguntó por mi papa y mis hermanos, cómo estaban y qué hacían…“, evoca Matías, presidente de la entidad.
“Otra cosa para destacar de su personalidad es que siempre, sin importar si estaba de buen humor, hacía chistes sobre las situaciones…No llegamos a contarle del proyecto. En ese mes de abril cuando fallece teníamos organizado ir al Vaticano a visitarlo y contarle, justamente la semana siguiente a su partida. En vez de visitarlo, terminamos yendo a su funeral», deja fluir su dolor.
Felipe no llegó a tener un vínculo tan cercano, más allá de lo que genera el apellido Bergoglio. “Él era de Buenos Aires y nosotros de Córdoba, pero mi papá, mis tíos y mi abuelo sí tenían más relación antes de que fuera Papa. Cuando lo nombraron yo tenía nueve años y ahí ya se fue a Italia… Y yo hace poquito vine a jugar acá. Sé que estaba al tanto de que yo estaba jugando en Italia porque, cuando me presentaron en redes en uno de los equipos en los que jugué, llamó la atención y terminó sabiéndose que era familiar. Ahí vinieron de todos los medios a hacerme notas y hablamos para avisarle. Me deseó mucha suerte y mis compañeros me decían que los llevara para bendecirnos, je“, relata.
El volantazo en Città Di Castello empezó a dar sus frutos también desde los resultados. Se encuentra en los primeros lugares del torneo de la región de Umbría y además mantuvo durante varias fechas la valla invicta, llegando a ser el equipo de todas las categorías de Italia que más tiempo estuvo sin recibir goles desde el comienzo de la temporada.

Además, con la incorporación de sponsors, el Bergoglio directivo apunta a que el club tenga “autosustentabilidad operativa” para 2026. Incluso, aprovechando el link entre los dos países, apuesta a “intentar de acortar los kilómetros que separan a Italia y Argentina no solo a través del convenio entre universidades de ambos países y otros proyectos similares, sino también con un programa de fan tokens que buscará crear una comunidad de hinchas de ambos países con premios, sorteos y todo tipo de beneficios”.
Todo, con la figura eterna de Francisco como amalgama. “Estamos trabajando en coordinar una visita de todo el plantel al Vaticano con el Papa León XIV. Queremos llevarle una camiseta de regalo para él y otra para el Museo de Francisco. Otra idea que pensamos llevar a cabo es homenajearlo en el aniversario de su fallecimiento, quizá con alguna camiseta especial o algún partido. Porque Jorge está siempre presente en la familia y, lógicamente, también lo va a estar en el club. Estamos viendo de poner una imagen suya en las instalaciones”, concluyó Matías, quien continúa el legado del fanatismo de Jorge Bergoglio por el fútbol. Porque en Città Di Castello no jugarán Farro, Pontoni y Martino, sus ídolos en San Lorenzo, pero sí lo hace su sobrino nieto Felipe, con el apellido como estandarte.




















