Kevin De Bruyne, uno de los futbolistas más destacados del fútbol europeo en la última década, comenzó oficialmente una nueva etapa al convertirse en jugador del Napoli, el vigente campeón de Italia. Tras diez temporadas en el Manchester City, el mediocampista belga firmó un contrato de dos años con opción a una tercera temporada, que lo vincula con el club del sur italiano hasta junio de 2027.
El fichaje fue presentado por el propio presidente del Napoli, Aurelio De Laurentiis, quien le dio la bienvenida al escribir en su cuenta de X: “Bienvenido Kevin”, acompañando el mensaje con una fotografía del apretón de manos junto al centrocampista de 33 años. El anuncio despertó una ola de entusiasmo entre los hinchas napolitanos, quienes aguardaron al jugador en las afueras del centro médico Villa Stuart en Roma para brindarle un recibimiento caluroso.
Su llegada no fue desapercibida. “Estoy aquí. Napoli”, publicó el propio De Bruyne en sus redes sociales junto a imágenes de la bienvenida recibida por parte de la afición. El jugador aterrizó durante la mañana en el aeropuerto de Fiumicino y superó la revisión médica antes de firmar el contrato que lo posiciona entre los jugadores mejor pagados de la Serie A. Según medios italianos, De Bruyne percibirá una prima de fichaje cercana a los 10 millones de euros.
A lo largo de su carrera, el internacional belga ha vestido las camisetas de Genk, Werder Bremen, Chelsea y Wolfsburgo, pero consolidó su estatus de estrella mundial en el Manchester City. Desde su llegada a Inglaterra en 2015, disputó 421 partidos en todas las competencias y marcó 108 goles. En el City, bajo la dirección de Pep Guardiola, fue el arquitecto del mediocampo y pieza clave en la obtención de seis títulos de Premier League, una Champions League (2023), además de múltiples Copas y Supercopas.
En la última temporada, sin embargo, las lesiones afectaron su protagonismo. Apenas fue titular en 15 partidos de liga y el club sorprendió al anunciar que no renovaría su contrato, una decisión que, según trascendió, De Bruyne no esperaba. Su padre, Herwig De Bruyne, declaró ante la prensa que la prioridad de su hijo era “seguir un par de años más a alto nivel”.
De Bruyne llega a un Napoli que viene de conquistar su cuarto Scudetto, tras una ajustada lucha con el Inter. El club, bajo el mando de Antonio Conte, busca revalidar el título y, sobre todo, mejorar su desempeño en la Liga de Campeones. El propio presidente De Laurentiis reconoció que “no es el fichaje más mediático de la historia del Nápoles… pero la realidad es que en caso de no serlo, cerca se queda”.
El objetivo de la entidad es claro: consolidar el proyecto deportivo y competir por los máximos trofeos europeos.
El mediapunta belga compartirá vestuario con su compatriota Romelu Lukaku, una dupla belga que se perfila como una de las grandes atracciones de la Serie A en la próxima temporada. El equipo sumó además al joven defensa Luca Marianucci, de 20 años, procedente de Empoli, y espera concretar en los próximos días el arribo del internacional estadounidense Yunus Musah, del AC Milan.
De Bruyne, con 111 partidos internacionales y 31 goles con la selección de Bélgica, arriba al sur de Italia con la misión de aportar su experiencia, calidad y liderazgo en un club que busca consolidarse entre los grandes de Europa. El Napoli apuesta por el talento y la visión de un futbolista que, tras una década de éxitos en Inglaterra, apunta sus energías a nuevos desafíos en el fútbol italiano.
