La Libertad Avanza renunció al aumento de sueldos en el Senado y se reaviva la polémica por el decreto que sube las dietas

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Victoria Villarruel posa junto a Ezequiel Atauche, jefe del bloque de senadores de La Libertad Avanza

El bloque de senadores de La Libertad Avanza decidió formalmente rechazar el aumento de dietas aprobado en la Cámara alta a través del Decreto 344/25. Con un comunicado difundido este martes, los legisladores libertarios reafirmaron su compromiso de no acompañar la suba salarial en un contexto en el que —según enfatizaron— “los argentinos están haciendo un tremendo esfuerzo”.

La decisión se da luego de que la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, resolviera habilitar a cada senador de manera individual a aceptar o no el incremento de sus haberes, desmarcándose de la controversia pública que volvieron a generar las dietas parlamentarias.

Así, la vicepresidenta optó por transferir a cada legislador la responsabilidad de definir si recibe el reajuste dispuesto por la cámara, en lugar de fijar una postura general para todo el cuerpo.

En ese marco, La Libertad Avanza eligió hacer explícita su decisión y la asentó en argumentos políticos y simbólicos: “A nosotros nos votaron para devolver a la Argentina al sendero de la grandeza, y para ello los primeros que tenemos que poner el hombro somos los funcionarios y legisladores”, se afirma en el comunicado firmado por el bloque. El texto sostiene además que, ante el ajuste y sacrificio que enfrenta la sociedad, los propios representantes no pueden acceder a una mejora en sus salarios.

Comunicado del bloque de La Libertad Avanza en el Senado

La posición libertaria busca marcar distancias con otros bloques y reforzar la narrativa de austeridad y ejemplaridad que exhibe el oficialismo nacional en medio de la crisis económica. La jugada también funciona como respuesta a la estrategia de Villarruel, que generó un escenario de autonomía y visibilizó las decisiones individuales de cada senador frente a la problemática de los sueldos en el Congreso.

Mientras se espera cómo definirán los demás espacios, la postura de La Libertad Avanza se presenta como un intento de capitalizar políticamente el debate y reafirmar su lineamiento con el mensaje presidencial orientado al recorte del gasto público y la demanda de esfuerzo compartido.

El artículo 3 del decreto presidencial 344/25, firmado el 4 de junio, reconoce el impacto de la reciente paritaria para los empleados del Congreso y ofrece a los senadores la posibilidad de “adecuar o no” sus dietas, informándolo por nota a la Presidencia. Esta medida permite a los legisladores decidir si ajustan sus haberes en función de los aumentos otorgados a los trabajadores legislativos, lo que repercutirá en el cobro de poco más de $9,5 millones en bruto el mes próximo.

La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, quien se encuentra a cargo del Poder Ejecutivo por el viaje de Javier Milei, firmó la resolución el miércoles pasado. La decisión busca desvincular a Villarruel de la controversia generada por el sistema de enganche salarial entre los senadores y los empleados legislativos, evitando así críticas desde la Casa Rosada por avalar este mecanismo. El decreto invita a los senadores a ejercer la opción de ajustar o no sus dietas, en virtud de las facultades que les corresponden.

El sistema de enganche salarial fue reactivado en abril de 2024, cuando oficialismo y oposición acordaron en secreto un nuevo esquema y lo aprobaron en el recinto. Desde entonces, los haberes de los senadores se componen de 2.500 módulos —la misma referencia utilizada para los empleados del Congreso—, un adicional de 1.000 módulos por gastos de representación y 500 módulos extra por desarraigo. Con la actualización del valor del módulo a $2.376,04, el monto total a percibir supera los $9,5 millones en bruto. Solo cuatro senadores no reciben el adicional por desarraigo.

En abril de 2024, los legisladores también sumaron una dieta adicional a las 12 existentes, con el argumento de “compensar” el aguinaldo. La única excepción fue Alicia Kirchner, quien optó por mantener su jubilación al ingresar a la Cámara alta. Durante el segundo semestre de 2024, tras una nueva paritaria, los senadores decidieron congelar sus haberes hasta el 31 de diciembre de ese año. Al finalizar ese plazo, la responsabilidad de una nueva decisión recayó sobre Villarruel, quien extendió el congelamiento hasta el 31 de marzo, advirtiendo que sería la última vez que tomaría una medida de ese tipo y que, en adelante, la resolución debería surgir de los propios bloques en una sesión.

El 17 de mayo, Infobae publicó la postura del kirchnerismo, que anunció que no participaría en nuevas votaciones sobre el tema y delegó la resolución en el oficialismo, los bloques dialoguistas y Villarruel. “Nos hartaron. Que hagan lo que quieran”, expresó un legislador del interbloque liderado por el formoseño José Mayans. Otro integrante del sector de Cristina Kirchner declaró: “Si hay libertarios y dialoguistas consternados con esto, que se pongan de acuerdo y resuelvan con Villarruel. Nosotros no nos metemos más. Que insulten y critiquen, pero nos cansamos de los que hablan de más y luego se borran o esconden la mano”.

La resolución de Villarruel abre la posibilidad de que, en los próximos días y antes de la liquidación de haberes, los senadores opten por readecuar sus dietas. En ocasiones anteriores, algunos legisladores manifestaron su descontento con el sistema, mientras que otros anunciaron donaciones de parte de sus ingresos a escuelas. Ahora, la opción de ajustar o no sus haberes podrá formalizarse por escrito y de manera pública.

El debate sobre los sueldos de los senadores se intensificó luego de que el oficialismo y la oposición pactaran el nuevo sistema de módulos en 2024, lo que generó críticas tanto dentro como fuera del recinto. La medida de Villarruel busca trasladar la responsabilidad de la decisión a los propios legisladores.

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