El PRO en sus horas más difíciles: la crisis de la casa matriz, el vínculo de los Macri y los acuerdos con LLA

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El PRO es un polvorín. Jorge Macri no esperó las encuestas que mandó a realizar para anunciar, en la tarde noche del viernes, una suerte de reorganización del gabinete que hasta estas horas no tenía más detalles que los del escueto posteo publicado por la vocera de la administración porteña en sus redes. Un comunicado muy extraño, probablemente inédito: es la primera vez que un gobierno anuncia de manera oficial y pública el despido de un consultor externo. “Al no estar dadas las condiciones para su continuidad, Antoni Gutiérrez-Rubí no seguirá asesorando al PRO de la Ciudad”, informó Laura Alonso. El catalán, que trabajó durante toda la campaña local para los Macri, está furioso con el ex presidente porque sabe que el jefe del PRO se encargó, en público y en privado, de achacarle buena parte de la derrota. Frente a algunos funcionarios porteños, el consultor no disimuló ni un poco ese enojo. Gutiérrez-Rubí se acercó a la Ciudad de la mano de Fernando de Andreis, un histórico y muy cercano colaborador del ex presidente.

“Por los resultados -del 18 de mayo-, ¿crees que el gobierno de Jorge Macri tiene que realizar cambios de gabinete?“, ”¿qué debería hacer el jefe de gobierno para volver a confiar y votar por él?“, son algunas de las preguntas que los estrategas de Jorge Macri mandaron a encuestar, según fuentes de los últimos pisos del edificio de la calle Uspallata. Todavía no habían llegado los resultados cuando el jefe de gobierno ordenó avanzar públicamente con una serie de anuncios para tratar de retomar la iniciativa tras el golpazo electoral de hace dos domingos que no solo sigue sin cicatrizar, si no que dejó serias secuelas.

Tal vez la peor de ellas tenga que ver con el vínculo entre los primos, Jorge y Mauricio Macri, cuyo futuro es ahora una incógnita: el domingo de la derrota, el ex presidente y el jefe de Gobierno habrían tenido un cruce en el búnker de la calle Balcarce que después no pasó a mayores porque el jefe del PRO se embarcó esa misma noche en un vuelo privado con destino europeo junto a su amigo Alejandro Marfarlane. Un viaje que, puertas adentro, no causó la mejor de las impresiones. “Son patrones de conducta que no se esperan de un líder”, sentenció un operador del PRO. Desde el exterior, Macri se mantuvo en permanente contacto telefónico con los dirigentes más leales, operó a varias bandas, y se ocupó, por ejemplo, en acompañar a algunos dirigentes. Por ejemplo, Silvia Lospennato, una diputada laboriosa todavía conmovida por una campaña desleal y por la caída de Ficha Limpia a la que le escribió en un par de oportunidades.

Entre esos dirigentes se destaca Darío Nieto, el jefe del bloque de los legisladores del PRO en la capital que, como publicó este medio, quebró la catarsis que el gabinete, encabezado por Jorge Macri, ensayó hace más de una semana, en el primer encuentro posterior a la derrota legislativa. El legislador, ex secretario personal del ex presidente, salió al cruce del jefe de Gobierno para pedirle cambios en staff de ministros y un vuelco en la gestión, un intercambio de palabras que, según los presentes, fue algo más áspero de lo que trascendió. Creer que Nieto se atrevió a cruzar al jefe porteño sin el aval del ex presidente es como creer que los videos con inteligencia artificial publicados en las redes durante la veda electoral no fueron orquestados desde usinas vinculadas con la Casa Rosada.

Horacio Rodríguez Larreta (Sebastián Alonso)

El ex presidente se enteró del posteo de la vocera del gobierno porteño de regreso de su viaje por Europa, en medio de las negociaciones entre La Libertad Avanza y el PRO en la provincia de Buenos Aires y de una crisis partidaria inédita que el macrismo no experimentó ni cuando perdió en el 2019. “El PRO tiene que decidir si desaparece o qué”, opinó en estas horas un diputado muy cercano a Macri. “Yo tampoco estoy de acuerdo en que haya que cerrar la empresa: en todo caso, hay que hacer una reestructuración”, agregó.

Otra vez en la Argentina, el jefe del PRO se enfrenta ahora a ese dilema: qué hacer, cómo reinventarse y qué rol ocupar frente a un liderazgo como el de Javier Milei que está dispuesto a acordar en territorio bonaerense para intentar ganarle al peronismo pero que también está decidido a ser el único referente de la derecha y la centroderecha, y terminar por corroer cualquier tipo de influencia por parte de Macri. En paralelo, un grupo de dirigentes macristas aspiraba a encontrarse en estos días con el ex presidente para dilucidar los pasos a seguir, mientras otro grupo del PRO bonaerense avanzaba en las conversaciones en torno a un acuerdo en ese distrito con LLA. Hay otro sector que no coincide con una suerte de alianza con el gobierno, y tampoco está dispuesto a seguir los consejos de Macri. Es el caso de los hermanos Passaglia, de San Nicolás, que este viernes lanzaron su propio espacio, Hechos, para armar en la segunda sección electoral.

De esos engendros electorales en territorio bonaerense, a los que se anexan los acuerdos que Rogelio Frigerio e Ignacio Torres puedan alcanzar en sus provincias, dependerá, en buena medida, el futuro del PRO. Pero en la capital la situación es aún más compleja porque a la crisis partidaria debe sumarse la dificultad que, a partir de diciembre, deberá enfrentar el jefe de Gobierno en términos de gobernabilidad parlamentaria.

En la próxima sesión, los dos legisladores que reportan a Horacio Rodríguez Larreta -Emmanuel Ferrario y Claudio Romero- formalizarían un nuevo interbloque junto a Graciela Ocaña, que tiene un bloque de tres. A partir de diciembre, la ecuación se invierte. El larretismo -el ex jefe de gobierno partió de viaje en estas horas- mantiene en simultáneo intensas conversaciones con el peronismo, a cargo de Juan Manuel Olmos, que tendrá a partir de diciembre el bloque más grande.

Karina Milei, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Guillermo Montenegro, Sebastián Pareja y Lule Menem

Una situación tan atípica, en casi dos décadas de hegemonía PRO, como el resto de las situaciones como las que viene atravesando el partido fundado por Macri, inéditas desde su creación.

Según pudo saber Infobae, de los cinco legisladores que cosechó el PRO en las legislativas del 18M, al menos dos meditan no asumir sus bancas. Al sexto, Waldo Wolff, que quedó afuera y que podría sumarse en caso de que alguno de los de arriba desista, lo quieren convencer para que, en ese contexto, tampoco asuma. El principal interesado es Daniel Angelici, que busca la manera de premiar a su delfín Lautaro García Batallán, más relegado en la lista.

Para Jorge Macri, en términos de la negociación legislativa, es una situación extrema: el vínculo roto con La Libertad Avanza -“Roma no paga traidores”, se regodeó el Presidente cuando no lo saludó durante el Te Deum porteño- lo obliga a negociar, a partir de diciembre, con Olmos, Angelici y Rodríguez Larreta. El jefe de Gobierno asumió la jefatura de la Ciudad con un proyecto presidencial en carpeta. En su entorno se conforman ahora con encauzar la gestión local.

Una vez presentadas las candidaturas legislativas, en abril, el ex presidente trató de convencer al ex jefe de Gobierno de que desista de postularse. Se reunieron durante más de tres horas, una conversación calurosa en la que el jefe del PRO creyó que podía tener algún efecto. No lo tuvo.

Desde el año pasado que los Macri tuvieron divergencias en relación al vínculo con Rodríguez Larreta. El jefe del PRO tuvo que interceder cuando su primo divulgó supuestas irregularidades en el contrato de grúas. El fallido ex precandidato presidencial amenazó entonces con romper relaciones. Al final, hubo tregua. Meses más tarde, Jorge Macri le avisó que le echaría a parte del equipo que todavía tenía contratado en la gestión. Ese fue el quiebre definitivo. El ex jefe de Gobierno no le atendió más el teléfono. Otra vez, tuvo que intermediar el ex presidente.

Jorge Macri y Javier Milei

La crisis macrista de la casa matriz es una radiografía del estado de situación general del PRO: veinte años después de su fundación, su creador, sus socios fundadores y los principales dirigentes atienden, por separado, sus propios intereses.

El ex presidente, pelea por mantener algún tipo de liderazgo. El empresario Nicolás Caputo, uno de sus más íntimos amigos, que fue clave en la primera década del PRO, se dedica a sus negocios y amplió sus relaciones políticas. Rodríguez Larreta fue fundamental para la estruendosa derrota legislativa de hace dos domingos, y quiere recuperar la ciudad en el 2027, desmarcado del PRO. María Eugenia Vidal quiere ser candidata en octubre, y el jefe de Gobierno, retomar por primera vez la iniciativa desde que desembarcó en la capital. Cristian Ritondo y Diego Santilli negocian con el gobierno nacional detalles del acuerdo bonaerense. El consultor Jaime Durán Barba, que fue crucial para el proyecto macrista, dijo en estas semanas que Macri “ha conseguido quedarse solo”. Marcos Peña, otro de los socios principales, ya se había alejado del PRO tras la derrota del 2019: este fin de semana organizó un retiro espiritual en la zona de Barreal, en San Juan, de “desconexión” de la realidad.

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