El Gobierno cuidará las formas con Villarruel en el Tedeum, pero la relación se mantiene distante

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Javier Milei, Victoria Villarruel y Karina Milei

Aunque nivel de tensión extrema bajó entre Javier Milei y Victoria Villarruel, que volverán a compartir el mismo aire en el Tedeum del 25 de Mayo esta mañana, el vínculo se mantiene distante e irredimible. En el entorno del Presidente aún sostienen que es inviable una reconciliación, a pesar de que perciben señales de un intento de tregua desde el Senado. “No se puede confiar en ella”, decretan, reacios a creer lo que denominan intentos de “congraciarse” de parte de la vicepresidenta.

En la Casa Rosada, que viene de una victoria en las elecciones del domingo pasado, quieren mantener las formas esta mañana patria. El de Milei es un gobierno extremadamente atento a las estrategias de comunicación, y el viernes por la tarde, 48 horas antes del reencuentro, un asesor deslizaba: “Sabemos manejar impactos y momentos, y sabemos lo que se va a generar con Villarruel”.

Los libertarios, y en particular la Secretaría General, que conduce Karina Milei, especialmente reacia a Villarruel, calcularon de antemano los detalles del acto de hoy por el 214 aniversario la Revolución de Mayo. Desde el atuendo del Presidente -esta semana generaron expectativas sobre la posibilidad de que asista vestido de granadero- al contacto en persona, luego de largos meses sin verse y más tiempo sin hablar en privado, con la apartada vicepresidenta, que será parte inevitable de la postal.

NOTICIAS ARGENTINAS MAYO 25: El presidente Javier Milei encabeza el acto de conmemoración del 25 de Mayo.
Foto NA

Atentos a la escenificación, en los últimos días dejaron vislumbrar cierta predisposición del Presidente para que se muestre con su vice nuevamente y evitar generar alarmas innecesarias en el círculo rojo. Pero no dejarán que se repita la caminata que protagonizaron rodeados de todo el Gabinete y la Casa Militar, hace exactamente un año, cuando recorrieron a la par y con buen talante la Plaza de Mayo desde la Casa Rosada hasta la Catedral Metropolitana e intercambiaron comentarios y sonrisas frente a las cámaras. Esta vez sólo se encontrarán en el pasillo de la sede del Arzobispado de Buenos Aires, donde escucharán juntos el mensaje de Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva.

Un desencuentro en una fecha de alto peso en el calendario nacional entre los distanciados ex compañeros de fórmula presidencial podría llamar la atención de manera negativa. “Este es un gobierno muy consciente de la cuestión mediática, que sabe que en el círculo rojo van a estar atento a los movimientos de hoy”, deslizaron en Balcarce 50.

La necesidad de mostrar coherencia interna se impone, sobre todo cuando en la cupula no logran aplacar -ni disimular- la pelea entre la agrupación libertaria que responde a Santiago Caputo, Las Fuerzas del Cielo, y los armadores en el territorio de Karina Milei, Sebastián Pareja, Martín y Eduardo “Lule” Menem.

No hay espacio para más internas, pero la coincidencia entre Milei y Villarruel será formal: en el fondo, no hay una verdadera intención de acercamiento de parte del jefe de Estado, que se convenció, con ayuda de “el Jefe”, Karina Milei, y aval de Santiago Caputo, de que Villarruel tiene intenciones espúreas.

Javier y Karina Milei (Adrián Escándar)

Esto no quita que las tensiones entre ambos se hayan distendido en los últimos meses. “Victoria se plegó a Javier porque no le quedaba otra. Pero lo hizo”, le reconoció un funcionario en el círculo presidencial. Otro fue más escéptico: “Cuando vas ganando, hay muchos que se quieren acercar…”, deslizó un colaborador consultado sobre el sostenido bajo perfil de Villarruel, que hace tiempo no marca posturas contradictorias con las del Ejecutivo.

El hecho de que se haya abstenido de armar su propio espacio para el año de elecciones legislativas disipó las nubes de la inminente tormenta en la relación entre Milei y Villarruel. Pero en el Gobierno aún desconfían, y no descartan que esté reuniendo fuerzas para lanzarse de manera independiente en 2027, cuando se celebran elecciones para cargos ejecutivos.

De alguna manera, en el círculo presidencial demuestran aprecio hacia lo que consideran, con malicia, como una especie de “rendición” de Villarruel, cuya última aparición pública fue en misa por la muerte del papa Francisco en la iglesia de Flores. Por caso, después del grave y conflictivo fracaso de Ficha limpia en el Senado, inéditamente no le echaron la culpa a la vicepresidenta. En los otros traspiés en votaciones en la Cámara alta, en el círculo del Presidente no habían dudado de responsabilizarla. Lo cual, cerca de despacho de la vice, siempre fue tomado como una afrenta y un intento de usarla como chivo expiatorio de derrotas en negociaciones ajenas.

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