Los 80 años de Priscilla Presley: un amor que le cambió la vida y una tragedia que le destrozó el alma

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Priscilla Presley (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)

Tenía apenas 14 años cuando su vida cambió por completo y para siempre. Priscilla Ann había nacido el 24 de mayo de 1945 en Brooklyn, Nueva York. Su padre, James Wagner, era un piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que había fallecido en un accidente de aviación cuando ella era muy pequeña. Y, tiempo después, su madre, Anna Lillian Iversen, se casó con Paul Beaulieu, un oficial de la fuerza aérea, motivo por el cual la familia fue trasladándose de una ciudad a otra hasta que se estableció en Wiesbaden, Alemania. Allí fue donde conoció a Elvis Presley.

El cantante, de 24 años, estaba en pleno apogeo de su carrera. Y las mujeres de todo el mundo suspiraban por él. Pero lo mandaron a hacer el servicio militar en el 1° Batallón de Tanques medianos de aquella ciudad alemana. Lejos estaba de imaginar que, en una tierra tan distante, terminaría conociendo al amor de su vida. Pero así fue. Y, en una fiesta organizada por sus amigos, cayó rendido ante los encantos de esa muchacha que apenas estaba cursando sus estudios secundarios. “Vaya, eres solo una niña”, le dijo el Rey del rock & roll al verla. Y es que, aunque la diferencia de edad no era tanta, sí se hacía muy notoria teniendo en cuenta que ella aún era menor de edad.

Entonces empezó una relación que, según confesó Priscilla, no se llegó a consumar hasta el casamiento, a pesar de que dos años más tarde y haciendo caso omiso a la oposición de su madre y su padrastro decidió cruzar el Océano Atlántico para estar cerca de su novio. Y, sin que nadie se enterara, tomó la determinación de dejar su pensión para empezar a convivir con él en Graceland, la mítica mansión que Presley poseía en Memphis. A partir de ese momento, comenzó a usar el apellido del músico, con el que se la conoce hasta el día de hoy.

Priscilla y Elvis Presley el día de su boda

Pero su vida al lado del ídolo no fue nada fácil. Elvis tomó una actitud paternalista y un poco dominante, intentando enseñarle cómo debía comportase para estar a la altura de las circunstancias. Y no solo eligió el colegio al que debía asistir para terminar sus estudios, sino que también se encargo de moldearla en cuanto a su aspecto, sus modales y su forma de vestir. Priscilla era la pareja de una estrella internacional. Y tenía que mostrarse siempre dispuesta frente a los flashes de los reporteros que los perseguían a sol y a sombra. Pero, pese al sentimiento profundo que la unía a Presley, ella sentía un vacío imposible de explicar.

Tras siete años de relación, en la Navidad de 1966, el cantante finalmente le propuso matrimonio. Y ella no dudó en aceptar. Pero la boda, que según decían estaba relacionada con una estrategia de su manager, el coronel Tom Parker, para terminar con las habladurías sobre la vida privada de Elvis, no fue como en los cuentos que Priscilla solía leer de chica. La celebración tuvo lugar el 1 de mayo de 1967 en una suite de un hotel de Las Vegas y duró apenas 8 minutos. De hecho, fueron muy pocos los invitados que tuvieron la posibilidad de presenciarla. Aunque, como era de esperar, las fotos de la feliz pareja ilustraron las tapas de todos los diarios de la época.

Al año siguiente, más precisamente el 1 de febrero de 1968, nació la única hija del matrimonio, Lisa Marie Presley. Pero, para entonces, los constantes viajes de Presley y las reiteradas infidelidades que Priscilla fue descubriendo gracias a la correspondencia que llegaba a su casa, habían terminado por desgastar la relación. Como si todo eso fuera poco, las presiones del éxito habían hecho caer al cantante en adicciones que la mujer se negaba a aceptar y, mucho menos, a compartir. De manera que la situación se hizo insostenible.

La actriz junto al cantante y a la hija de ambos, Lisa Marie (AP)

Finalmente, el 23 de febrero de 1972 sobrevino la separación. Y, un año más tarde, ambos firmaron el divorcio definitivo. Hay quienes aseguran que, para entonces, Priscilla ya se había enamorado de su instructor de karate, Mike Stone, con quien luego rehízo su vida sentimental. Pero lo cierto es que, hasta el último momento, siguió recibiendo en su domicilio a cualquier hora a Elvis, quien pese a estar con otras parejas -la compositora compositora Linda Thompson primero y luego la joven cantante Ginger Alden- siempre recurría a ella en busca de contención.

La noticia sobre la muerte de Presley, quien, el 16 de agosto de 1977, fue encontrado sin vida por su novia en el baño de su domicilio luego de haber consumido un par de cajas de somníferos, significó un duro golpe para Priscilla. “Mi padre, mi marido, mi Dios”, fueron las palabras que ella eligió entonces para definirlo.

Pero, inconscientemente, la partida del ídolo fue como una liberación para ella, que a partir de ese momento se animó a comenzar una carrera artística como modelo y actriz. Así fue como se presentó el varios programas de televisión y participó de una decena de películas y series, algunas en carácter de protagonista. Por otra parte, se convirtió en empresaria y se animó a abrir una boutique de moda en Beverly Hills, creó su propia marca de perfumes y sacó una línea de ropa de cama.

No volvió a casarse porque, según dijo, Elvis no lo hubiera podido soportar ni siquiera estando en otro plano. Pero si tuvo algunas parejas y, con el guionista brasileño Marco Antonio Garibaldi, tuvo a su segundo hijo, Navarone, un músico que actualmente lidera la banda Them Guns. Pero, lamentablemente, la Princesa del rock -como llamaba la prensa a su hija Lisa Marie-, no la pasó bien y su prematura partida se convirtió en un herida imposible de sanar para Priscilla.

Priscilla junto a su nieta, Riley Keough ( REUTERS/Mike Blake)

Después de tomar el legado de su padre para dedicarse a la música, la heredera de Elvis pareció marcada por la desgracia. Se casó con Danny Keough el 3 de octubre de 1988, con quien tuvo dos hijos, Riley y Benjamin Storm. Pero este último se suicidó de un disparo el 12 de julio de 2020. Así que Priscilla tuvo que cargar, también, con el dolor por la muerte de su nieto.

En el 26 de mayo de 1994, en tanto, Lisa Marie se casó con Michael Jackson, según confesó, para “salvarlo” de las acusaciones de pedofilia. El el 10 de agosto de 2002, se casó con Nicolás Cage, pero el matrimonio duró apenas tres meses. Y el 22 de enero de 2006, contrajo enlace con el guitarrista Michael Lockwood, con quien tuvo a las mellizas mellizas Harper y Finley y de quien se divorció una década más tarde. Pero el 12 de enero de 2023, sufrió un ataque cardíaco en su residencia ubicada en Calabasas, California, y falleció a los 54 años. Aunque tiempo antes había sufrido adicciones, según indicó la autopsia, el deceso se dio a raíz de una obstrucción en el intestino delgado debido a un tejido cicatricial desarrollado después de una cirugía para bajar de peso. Una muerte absurda, que sumió a Priscila en una profunda tristeza.

“Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar. Desearía poder abrazarte, hablar contigo, ver tu sonrisa solo una vez más”, dijo Priscilla en una carta dedicada a su hija al cumplirse dos años de su muerte. En la actualidad, tanto los restos de su nieto como los de Lisa Marie descansan en Graceland, propiedad que la mujer se encargó de convertir en una de las principales atracciones turísticas de su país. Y se tansformó en la fundadora de Elvis Presley Enterprises, empresa encargada de preservar el legado de quien fuera su marido y que, de alguna manera, le permite mantener las fuerzas necesarias como para seguir adelante.

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