Vicente López y Planes: un homenaje y el legado de una familia poco común

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Gloria López, tataranieta de Vicente López y Planes, junto a su familia, durante el homenaje al creador del Himno Nacional, en el cementerio de la Recoleta

“En las estrofas de nuestro himno se ve reflejado el servicio de Vicente López y Planes a la Patria. Sus estrofas no separan ideas ni pensamientos, solo entonándolas nos une la emoción de ser argentinos”, dijo Gloria López, una las tres tataranietas del prócer, durante el homenaje realizado a su ilustre tatarabuelo en el Día del Himno. Otras dos tataranietas, Elisa y Stella, también estuvieron presentes en el acto.

“Vivió humildemente. Y murió el 10 de octubre de 1856 a los 72 años en la casa que lo vio nacer y que fue su última morada -siguió diciendo Gloria-. Solo quiero mirar al cielo y decir las palabras que Vicente plasmó en nuestros corazones, sin importar creencias ni partidos cuando entonamos nuestra canción patria: ‘Oíd Mortales el grito sagrado, ¡Libertad, Libertad, Libertad!’

La tumba de Vicente López y Planes en la Recoleta

Los López, como se los reconocía, fueron muy famosos en el siglo XIX. Tres personalidades que no pasaron inadvertidas e hicieron historia en el país. Vicente, el creador del Himno e iniciador de una saga familiar que llega hasta nuestros días. Su hijo Vicente Fidel López, un intelectual que supo escribir la historia testimonial desde los protagonistas; y Lucio Vicente López, escritor, periodista y abogado, hijo de Vicente Fidel y nieto de don Vicente que supo ser diputado nacional, ministro del Interior y que muriera en un impactante duelo de honor con un militar en 1894 en inmediaciones del antiguo Hipódromo de Belgrano.

Sus tres tataranietas presentes en el Cementerio de la Recoleta representan en este siglo XXI un legado familiar intacto de respetuoso bajo perfil público, pero no menos intenso, y que sigue pasando de generación a generación.

Enrique Pinedo definió a Vicente López y Planes como ilustrado por la experiencia y los estudios, tolerante, sabio, honesto y bondadoso, Incapaz de violencia y agresión y respetado por todos. Se distinguió en muchas tareas. No me daría el tiempo para enumerar toda su obra que fue plasmada en la biografía de Pablo Palermo. Allí se destaca su responsabilidad y honorabilidad siempre bregando por la unión nacional, dijo Gloria en otra parte de su alocución.

Gloria López hablando a los asistentes al homenaje

Y agregó: “Hoy no puedo dejar de recordar a mi padre Alejandro Vicente López, que murió a los 77 años y nunca fue distinguido como nos ha sucedido a nosotras ahora. Él vivió destacando los valores y tratando de inculcar a hijos y nietos las virtudes de su antepasado, y hoy su personalidad ha sido revalorada por estos amigos que nos convocaron a este homenaje”.

La mayor de las descendientes, Elisa, con sus lúcidos 99 años y una memoria intacta, ha sido a lo largo de su vida una suerte de matriarca del legado de don Vicente atesorando objetos y escritos, describiendo con detalles el rompecabezas familiar. Le sigue el único tataranieto varón, Alejandro Vicente López, de 94 años, en su campo de Necochea. Stella, con 81, también comparte la pasión por el campo, aunque hoy radicada en Buenos Aires. Y Gloria, la menor, de madre de 5 hijos y 12 nietos, familia a la que le inculca, dice ella misma, el amor a la Argentina y a ser honestos.

Las tataranietas: Elisa, Gloria y Stella

El aniversario del pasado domingo recuerda aquel 11 de mayo de 1813 cuando la Asamblea General Constituyente aprobara como canción patria los versos de Vicente López con música del catalán Blas Parera.

El camino que conduce a su sepulcro en la Recoleta lucía banderas argentinas y más de 30 integrantes de la Banda Musical del Regimiento Patricios con sus trajes de época ejecutaban distintas canciones militares que llamaron la atención de los turistas que invaden cada fin de semana el cementerio más importante de la Argentina.

La Banda Musical del Regimiento Patricios, presente en el homenaje a Vicente López y Planes

La ejecución del Himno Nacional puso un especial momento con los presentes entonando a viva voz esas estrofas que hacen a la identidad del país. El homenaje fue organizado por la Asociación Fundadores y Pioneros de Vicente López y la Asociación Amigos del Museo y Archivo Documental de la Ciudad de Vicente López, entidades del Partido de Vicente López que es institucionalmente la máxima distinción en el país que recuerda al prócer. También estuvieron presentes funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) como la subsecretaria de Gestión Comunal, Guadalupe Rossi; la directora de Cementerios Ana Lavaqué y el gerente del Cementerio de la Recoleta, Gustavo Rossi. Además, asistieron descendientes de la hermana del prócer, Gregoria López y Planes, que vivió en el territorio que hoy es municipio y cuyos descendientes aún continúan habitando allí.

En nombre de las entidades organizadoras, habló el doctor Carlos Constenla, ex Defensor del Pueblo de la Ciudad de Vicente López y expresidente de la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina, quien destacó la personalidad de la figura histórica: “Vicente López fue un cabal intérprete de su época y asumió todas las responsabilidades que los tiempos le impusieron ya sea como soldado, como político, como jurisconsulto y estadista, y por si fuera poco como poeta. Porque no sólo le cupo el honor de ser el creador del Himno Nacional sino también porque puso su fina vena lírica al servicio de la revolución y de las nuevas ideas. Integralmente patriota antepuso su respeto por la legalidad por sobre cualquier compromiso ideológico, asumiendo todos los costos que las fuertes tensiones que se vivían. Y, en los momentos de mayor peligro para el destino institucional de la Argentina, asumió, con el acuerdo y respaldo, aún de quienes eran sus más señalados adversarios, las primeras magistraturas del país cuando cayeron Bernardino Rivadavia y Juan Manuel de Rosas.”

El doctor Carlos Constenla

El cierre del evento conmemorativo fue la colocación de una corona del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires depositada en el sepulcro por las tataranietas; y un arreglo floral colocado por Ana María Esperón y Valeria Torres Román en nombre de las entidades organizadoras.

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